La obra de George Orwell “Rebelión en la granja” nos regala esta conclusión al final de su obra, representando el deseo por la comunión y la libertad corrompida por la ambición y el poder.
El libro es un enérgico mensaje contra el totalitarismo y la opresión. En su narración se nos recuerda cómo todos podemos ser corrompidos y como el autoritarismo perjudica la vida en sociedad.
El mural está trabajado principalmente en blanco y negro con figuras que destacan en tonos dorados y rosas. De esta manera se pone frente al espejo al espectador con posturas tan distanciadas entre sí como pueden ser el totalitarismo y la democracia, la opresión y la justicia o la corrupción y la virtud.
Se hace una invitación a estar atento a todos esos “cerdos” que dicen habernos liberado del hombre, en nombre de la justicia, del bienestar y prometiéndonos una sociedad mejor cuando en realidad solo necesitan alcanzar el poder para convertirse ellos mismos en el nuevo hombre.