Este mural es una reflexión sobre la España Vaciada.
Villangómez representa a los pocos pueblos que se reinventan y se niegan al abandono.
Mediante la casa que está pintada al revés muestra su inconformismo y su rebelión frente a lo establecido. Su colorido representa su diversidad, su actividad constante y la vida que respira. Por último, su chimenea hace ver el calor y el amor (love) que desprende.
Esta casa activa y dinámica consigue descolocar e inducir movimiento a las casas negras de su alrededor, monocromas y con falta de vida, que simbolizan a los pueblos cercanos a Villangómez.