El mural es una pieza que representa la figura de un gallo personificado, que a pesar de no tener cuerdas su instrumento (ukelele), canta igualmente como cada mañana, despertando a sus vecinos de Villangómez. Por otro lado, el gallo se encuentra sentado cómodamente en un huevo, con esto queremos reivindicar la igualdad de género en el reino animal, en el que el gallo comparte el trabajo de la gallina de cuidar y empollar los huevos. El gallo que canta es para los autores un símbolo del festival de música folk del Pollogómez.