Esta es una obra que Goyo, el autor, hizo casi sin querer. Dado que su idea primaria era pintar en un lugar diferente y plasmar otra cosa que traía bien meditada en origen.
En palabras del propio Goyo “Empecé a dibujar y me gustó como iba quedando la obra, por el aprovechamiento del color de la propia pared y también por el juego de colores que me iban surgiendo”. Este rostro está representado con una armonía de colores que se integran en un soporte casi neutro. Un rostro que sigue la mirada de todos los transeúntes que le observan.
Mural dedicado a la escritora canadiense Alice Munro.