Este mural es un homenaje del pueblo de Villangómez a todos nuestros mayores y, en concreto, a Claudio, último pastor de nuestra localidad.

La instantánea retratada forma parte de una serie de retratos fotográficos enmarcados dentro de la exposición “Surcos del Arlanza”. Fotografías en primer plano de rostros de personas mayores de la comarca de Arlanza, cuyas arrugas no solo reflejan el paso del tiempo sino cientos de vivencias.

Escogimos a este vecino en concreto porque, por unanimidad, es uno de los más queridos del pueblo y a todos nosotros nos hacía especial ilusión tenerle presente para la posteridad. Es también un recuerdo a esos oficios y labores rurales, como el pastoreo, que se van perdiendo poco a poco y que muestran la incesante despoblación que sufrimos en esta época.

El mural también va dedicado al poeta Marià Villangómez y acompañamos esta descripción con su poema “El record” (El recuerdo):

Hi havia un sol d'hivern
-els teus cabells daurava-
que era alegria i gràcia de l'amor.

I una lluna de maig
-el rostre t'endolcia-
que feia l'aire tendre i amorós.

Uns crepuscles d'estiu
-gràcil t'hi destacaves-
on es pensava etern l'encant del món.

Com ara i no com ara
-tu de sempre i llavors-,
anhel inesperat, sorprès amor.

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Había un sol de invierno
-tu cabello doraba-
que era alegría y gracia del amor.

Y una luna de mayo
-el rostro te endulza-
que hacía el aire tierno y amoroso.

Unos crepúsculos de verano
-Grácil te destacabas-
donde se pensaba eterno el encanto del mundo.

Tales como y no como ahora
-tú de siempre y entonces-,
anhelo inesperado, sorprendido amor.

Artworks in Villangómez